martes, 13 de diciembre de 2011

Bricolaje: Construir un comedero para fotografiar pequeñas aves

 

Con la llegada del invierno el alimento escasea en la naturaleza, y aunque todos los seres vivos lo pasan peor que en épocas de mayor abundancia, son las aves más pequeñas, debido a su rapidísimo metabolismo que les crea una necesidad casi constante de alimentarse, las que el frío del invierno las pone en mayores aprietos.

Nosotros podemos paliar en cierta medida la dureza del invierno para nuestros pequeños vecinos colocando en nuestro jardín un comedero. Es una costumbre muy extendida en lugares como Reino Unido, donde prácticamente en cada casa de campo hay un comedero. Esta práctica, no requiere de mucho trabajo, y en la mayoría de los casos, dedicando unos pocos minutos a la semana, es suficiente para mantener con comida. Con un poco de tiempo de adaptación, nuestros pequeños vecinos alados nos devolverán el favor que les hacemos con su presencia, y dando alegría y vida a nuestros jardines e incluso dejándose fotografiar en invierno a distancias realmente próximas.

La forma más barata de colocar un comedero es construyéndolo nosotros mismos. El que vamos a construir es el clásico de rejilla con tolva de descarga, que irá colgado de la rama de algún árbol.

Necesitaremos para ello una botella de agua de 1.5 ltr. , mella metálica de 5 mm de rejilla, unas pocas bridas de plástico y un trozo de alambre.

Cortamos la botella de agua con un cutter o unas tijeras por encima de la boca, que hará de tolva, y después, por el otro lado, la cortamos a 6-7 cm de la base de la botella. (1)

Tomamos la malla metálica y la cortamos en un formato de ancho que corresponda al perímetro de la botella de agua y la longitud acorde con la capacidad que queramos darle a nuestro comedero. (2) y (3)

Se curva con la mano la rejilla por su lado menor hasta que nos queda un cilindro y entonces se sujeta con las bridas de plástico para fijarlo, tanto en sus extremos como en varias partes intermedias. Finalmente cortaremos la brida sobrante. (4)

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Ahora practicaremos 4 agujeros a 90 grados en los lados de lo que será la tolva,. Estos agujeros servirán para unir la tolva con el alambre,  yo utilizo un viejo soldador de estaño viejo que tenía por casa, así evito que por el peso se rasguen, aunque el agujero también puede hacerse con una taladradora de papel.

Colocaremos la tolva en el cilindro hecho con la rejilla (5) y la fijaremos con bridas pasándolas estas por los agujeros que hemos hecho previamente (6) cortando la brida sobrante (7)

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Para colocar lo que será la percha del comedero, cortaremos un buen trozo de alambre con una largura razonable ¡no me seáis tacaños, es mejor que sobre! Y lo doblaremos en los extremos con forma de gancho  y en el centro para darle forma de asa (8). Inmediatamente, lo colocaremos en el cilindro y lo fijaremos con bridas un poco más arriba, para evitar que una vez colgado balancee en exceso. (9)

La base del comedero está realizada, queda colocar el “tapón” y ya tenemos fabricado nuestro “bird feeder” (10) , por economía de costes, cuesta casi lo mismo ponerse a hacer una que dos unidades, así que  yo he hecho dos comederos.

Finalmente le daremos una mano rápida con pintura verde o marrón, con intención de integrarlo en el entorno. Una vez seca la pintura, ya está completamente acabado. (11)

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¡Solo falta elegir un lugar adecuado que podáis disfrutar con comodidad, llenarlo de cacahuetes crudos o pipas y  esperar que vuestros vecinos lo descubran!

Debemos ser escrupulosos a la hora de elegir el lugar donde colocarlo; Debe ser un lugar alejado de gatos y otros depredadores, y despejado de maleza, para que las aves puedan acudir con seguridad y que les genere confianza. Las aves que se sienten seguras en estos comederos suelen ser Carboneros comunes y garrapinos, herrerillos comunes y capuchinos, petirrojo, gorrión común, molinero, colirrojo tizón… así que con un poco de suerte podemos disfrutar de una buena variedad de vecinos.

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Posiblemente con que rellenéis el comedero una vez en semana  durante los meses mas duros, que vienen a ser de diciembre a febrero, será suficiente para mantener una buena afluencia de aves en los comederos.

Hay que tener en cuenta que hay que ser responsables y debemos mantener el comedero con comida hasta bien entrado el mes abril, que podremos ir abandonándolo progresivamente. En esta época, las aves ya comienzan a disponer de más alimento en la naturaleza para afrontar una de sus épocas más duras, que es la cría de sus polluelos. Jamás debemos abandonar el comedero durante los meses más fríos, ya que podemos hacer un flaco favor a las aves que confían encontrar ahí su alimento y de la noche a la mañana se encuentran vacía esa “despensa” con la que cuentan, poniéndoles en serio apuro su supervivencia.

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Eso es todo, espero que os sea útil. ¡Mucha suerte y ahora toca disfrutar de vuestros pequeños vecinos alados!