¡Como pasa el tiempo! Me descuido y pasa un año desde la última entrada de blog, así que toca nuevo propósito de enmienda y compromiso… prometo ser más constante a partir de ahora.
El otoño siempre lo he considerado como una especie de renacer en el mundo de la fotografía, como un año cero; después de los veranos cálidos, de luces verticales y extremadamente fuertes, de terrenos secos y pocas lluvias, llega octubre y empieza a despertar ese fotógrafo de naturaleza que había cedido su espacio al naturalista meses atrás. Este otoño ha llegado tarde; tras un mes de octubre inusualmente caluroso y seco, el mes de noviembre ha traído a la vez las lluvias y el frío.
Resulta especialmente emocionante aprovechar estas fechas para descubrir esos lugares mágicos que se visten de gala con la llegada de las lluvias. Lugares como el Parque nacional de Ordesa, el cañón de Añisclo, Irati son lugares de primer nivel para disfrutarlo dejando bien abiertos los sentidos y así poder empaparnos de toda la belleza que seamos capaces de absorber. Si no habéis descubierto todavía estos lugares en otoño ¡no os lo perdáis!
Este año estoy disfrutando si cabe un punto más con fotografiando. El otoño está siendo rápido e intenso, como las lluvias que por fin han llegado y marcan su salida. Este año lo he aprovechado visitando la sierra de Urbasa, en la vecina Navarra y por supuesto, nuestro Moncayo; Siempre generoso, me sigue descubriendo pequeños rincones y distintos encuadres. ¡Tenemos mucha suerte de tener estos lugares tan cerca!
Pongo estas fotos de estos días pasados, espero que os gusten.
Arroyo en Moncayo
Otoño en la sierra de Urbasa
Arroyo en Moncayo
Mycenas en Urbasa
