La Costa Brava es un lugar fascinante. Podría describirse perfectamente como el lugar donde la montaña llega al mar, y una vez en él, se clava en sus entrañas, forman multitud de pequeñas calas, repletas de rocas, muchas de ellas inaccesibles y de una belleza agresiva que engancha el alma. Las rocas de color rojizo compiten con el color intenso de los amaneceres. Cuando se ve amanecer en cualquiera de sus pequeñas calas, es difícil que el deseo de volver desaparezca.
Hay pocos sitios en España que puedan ser más apetitosos para el paladar del fotógrafo de naturaleza que la Costa Brava. Si a eso le unimos un clima estupendo, y una gastronomía excepcional ¿que estamos esperando para volver?
Playa de “La Mar Menuda” en Tossa de Mar
Playa de La Boadella en Lloret de Mar
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